En
un bosque muy lejos de aquí, vivía una alegre y bonita niña a la que todos
querían mucho. Para su cumpleaños,
su mamá le preparó una gran fiesta. Con sus amigos, la niña
jugó, bailó, sopló las velitas, comió tarta y caramelos. Y como era buena,
recibió un montón de regalos. Pero su abuela tenía una sorpresa: le
regaló una capa roja de la que la niña jamás se separó.
Todos los días salía vestida con la caperuza. Y desde
entonces, todos la llamaban de Caperucita Roja. Un día su mamá le llamó y le
dijo:
- Caperucita, mañana quiero que vayas a visitar a la abuela porque está enferma. Llévale esta cesta con frutas, pasteles, y una botella de vino dulce.
- Caperucita, mañana quiero que vayas a visitar a la abuela porque está enferma. Llévale esta cesta con frutas, pasteles, y una botella de vino dulce.
A la mañana siguiente, Caperucita se levantó muy temprano,
se puso su capa y se despidió de su mamá que le dijo:
- Hija, ten mucho cuidado. No cruces el bosque ni hables con desconocidos. Pero Caperucita no hizo caso a su mamá. Y como creía que no había peligros, decidió cruzar el bosque para llegar mas temprano.
- Hija, ten mucho cuidado. No cruces el bosque ni hables con desconocidos. Pero Caperucita no hizo caso a su mamá. Y como creía que no había peligros, decidió cruzar el bosque para llegar mas temprano.
Siguió feliz por el camino. Cantando y saludando a todos los
animalitos que cruzaban su camino. Pero lo que ella no sabía es que escondido
detrás de los árboles, se encontraba el lobo que la seguía y observaba. De
repente, el lobo la alcanzó y le dijo:
- ¡Hola Caperucita!
- ¡Hola señor lobo!
- ¿A dónde vas así tan guapa y con tanta prisa?
- Voy a visitar a mi abuela, que está enferma, y a la que llevo frutas, pasteles, y una botella de vino dulce.
- ¿Y dónde vive su abuelita?
- Vive del otro lado del bosque. Y ahora tengo que irme sino no llegaré hoy. Adiós señor lobo.
- ¡Hola señor lobo!
- ¿A dónde vas así tan guapa y con tanta prisa?
- Voy a visitar a mi abuela, que está enferma, y a la que llevo frutas, pasteles, y una botella de vino dulce.
- ¿Y dónde vive su abuelita?
- Vive del otro lado del bosque. Y ahora tengo que irme sino no llegaré hoy. Adiós señor lobo.
El lobo salió disparado. Corrió todo lo que pudo hasta llegar
a la casa de la abuela. Llamó a la puerta.
- ¿Quién es? Preguntó la abuelita. Y el lobo, imitando la
voz de la niña le dijo:
- Soy yo, Caperucita.
- Soy yo, Caperucita.
La abuela abrió la puerta y no tuvo tiempo de reaccionar. El
lobo entró y se la tragó de un solo bocado. Se puso el gorrito de dormir de la
abuela y se metió en la su cama para esperar a Caperucita. Caperucita, después
de recoger algunas flores del campo para la abuela, finalmente llegó a la casa.
Llamó a la puerta y una voz le dijo que entrara. Cuando Caperucita entró y se
acercó a la cama notó que la abuela estaba muy cambiada. Y preguntó:
- Abuelita, abuelita, ¡qué ojos tan
grandes tienes! Y el lobo, imitando la voz de la abuela, contestó:
- Son para verte mejor.
- Abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!
- Son para oírte mejor.
- Abuelita, ¡qué nariz más grande tienes!
- Son para olerte mejor.
- Son para verte mejor.
- Abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!
- Son para oírte mejor.
- Abuelita, ¡qué nariz más grande tienes!
- Son para olerte mejor.
Y ya asustada, siguió preguntando:
Y el lobo saltando sobre caperucita, se la comió también de
un bocado. El lobo, con la tripa totalmente llena acabó durmiéndose en la cama
de abuela. Caperucita y su abuelita empezaron a dar gritos de auxilio desde
dentro de la barriga del lobo. Los gritos fueron oídos por un leñador
que pasaba por allí y se acercó para ver lo que pasaba.
Cuando entró en la casa y percibió todo lo que había
sucedido, abrió la barriga del lobo, salvando la vida de Caperucita y de la
abuela. Después, llenó piedras a la barriga del lobo y la cosió. Cuando el lobo
se despertó sentía mucha sed. Y se fue a un pozo a beber agua. Pero al
agacharse la tripa le pesó y el lobo acabó cayendo dentro del pozo del que
jamás consiguió salir.Y así, todos pudieron vivir libres de preocupaciones en
el bosque. Y Caperucita prometió a su mamá que jamás volvería a desobedecerla.
aqui: descargar
0 comentarios:
Publicar un comentario